Crónica de una expulsión
(Escrito en marzo del 2014)
Primera copa, primer cigarro:
Con un vaso de vino, un cigarro y un lápiz te enfrentare, te
expulsare, escupiré donde yazca tu cadáver y seguiré mi camino, mente maldita
no recuerdo donde dejo la plata, ni la ropa ni nada pero me recuerda
constantemente a ti, es como un balde con hielo que cae sobre mi cabeza, me
apuñala en la boca del estómago y baja lentamente, si antes sentía mariposas
ahora siento moscas en el estómago, si antes me sentía feliz pensando en ti,
ahora siento rabia y frustración con mi persona, pase de entender todo a no
entender nada, pase de sentir que hacia lo correcto a ser un estúpido que
siempre supo lo que se le avecinaba pero por miedo no escapo antes de caer al
barranco.
Ahora paso mis días sintiendo que el tiempo se estancó, que
los días no pasan, ahogado en un lugar donde no hay agua, asfixiado de mí,
asfixiado de ti, siento que el corazón exploto en mil pedazos y ahora flota en
lodo y barro, se hunde trozo por trozo, pareciera que el dolor es un tonel sin
fondo, ¿cuán mal te haz de sentir antes de decir esta mierda sí que no la
necesito?
¿Cuántas noches más deben pasar luchando de pensar weas?
¿Cuál es el límite de la imaginación?
Lo peor de todo es que cuando comienzas a sentir que ya
paso, pasa una miserable wea y volvemos al punto de partida, el eterno retorno
de lo mismo, puto día de la marmota en el cual se transformó mi vida, al
escribir la última palabra podre vomitar angustia y comerme la ansiedad.
Segunda copa, segundo cigarro
El alcohol te hace más honesto se supone, así que debo
confesar algo, no bebo en copa sino en un vaso de aluminio pero suena más
clever, poeta y depresivo una copa.
Debo pedirle perdón al lápiz ya que solo me acuerdo de el en
estados deplorables de la conciencia como este, cuando estoy feliz siento que
no necesito el lápiz, siento cero iluminación artística, cuando me siento
basura envuelta sellada lista para el camión de la basura, agarro un lápiz, el
lápiz en ese sentido es como el amigo que lo recuerdas cuando te sientes como
el hoyo y necesitas desahogarte, y que está ahí listo para recibir el embate de
emociones y desamores que quieras contarle, que no te cobrara por usarlo, que
aguantara hasta que no le quede tinta, pero habrá otro amigo lapicero que lo reemplace, el lápiz
mi psicólogo personal, el único que me entiende, que me deja vomitar sin
hacerme sentir que doy la lata, amigo derivado del petróleo, amigo de restos fósiles
manufacturado por miles, alquimia querido amigo, su único cobro es mancharme
los dedos con pasta toxica que hay que alejar de menores de edad lo
suficientemente “inocentes” para pensar que es comida, mmm parece que la sangre
de cristo y el humo del diablo ya corren por mis venas.
Comienzo hablando de una copa de aluminio y termino hablando
de un lápiz pasta, tay súper bien felipe.
Tercera copa, tercer cigarro (happy pero no happy)
Se supone que estando happy o adportas de la ebriedad debería
estar lleno de pensamientos, lo cierto es que pienso en una sola wea, imbécil,
eso es un pensamiento repetitivo, inalterable en el alcohol, ni los cigarros,
bebo tinto y continuo en el dolor, ¿Cuántos días llevamos juntos ya?, uff
difícil cachar, finalmente naciste conmigo, te cultive y las veces que me he
querido separar de ti me haz demostrado una lealtad increíble, pero no somos
amigos, ¿Por qué no te vas de mis hombros un rato para sentirme más liviano? El
problema es que yo no te busque, tú me encontraste, me oxidas, me fríes, me
pudres, yo no soy tu amigo, ándate, ¿de qué mierda me sirves?, tu compañía no
necesito, necesito que agarres tus weas y te vayas, me has hecho más loco de lo
que ya estaba al momento de nacer, me ahogas, me disecas, me vomitas y me
vuelves a tragar, ¿Cuántas veces me odiaras? ¿Qué tiene que pasar para que te
aburras de mí?, creo que nunca, dolor incoloro, inoloro, pero sé que estás ahí,
puedo sentir el morbo que te da al verme destruido, ¿Cuántas batallas me has
ganado? Todas, sigo como un capullo derrotado, nunca me he parado, doy brincos
de rodillas, me rio con pena, vomito mi desidia, arranco pero al parar estoy en
el mismo lugar, lloro pero no sirve de nada, supongo que esto es ser humano.
Cuarta copa, cuarto cigarro (ebrio delirante)
En el abismo del cual todos somos parte, me encuentro
riéndome del mismo, pensando pfff el abismo es pa los giles, me puedo parar,
mirar y sigo parado sin miedo, sin nada la verdad, con un cigarro es una mano,
mi copa de aluminio en otro y con mi cerebro imperfectamente nivelado, abismo
que me desea pero no me tiene, ¿Qué chucha tú, eres un abismo? Una esquirla de
la máquina, un moho en un bote elegante, una arcada en la boca de un estúpido,
un sentir en un corazón de piedra, siente, quiero que tu existas, quiero que mi
existencia no le importe a nadie, quiero morir y que a nadie le importe, quiero
parar de todo, vómitos, delirios, pena, duelo y melancolía, odio, quiero que
todo se acabe, ¿Cuántos fichas me quedan para que acabe este estúpido juego?
Quinta copa, quinto cigarro (sin comentarios)
Los quiero amigos pero debo morir, así que no junten pena,
pienso asfixiado, toy curao, quiero vivir, mañana vomitare, no más copete toy
seco, no más dolores tóxicos que vomitar, me voy a dormir para creer que morí.